martes, 17 de noviembre de 2009

Regálame un cuento: P1º/2º B.

LA PUERTA MÁGICA.

Había una vez una niña que se llamaba Marta.

Le gustaba mucho jugar con sus amigas al escondite.

Un día, Marta fue a su casa acompañada de sus amigas: Yéssica, Paula y Laura.

Estando en su casa, jugando con sus amigas, su padre le pidió que bajara al sótano a por un bote de pintura, para pintar la escalera de su casa.

Las amigas de Marta la acompañaron, pues les gustaba mucho jugar en el sótano. Cuando entraron en el cuarto vieron una puerta, que nunca había estado allí.

- ¿Qué hace esta puerta aquí? –se preguntó Marta.

La niña la abrió, con mucha curiosidad. ¡Cuál fue su sorpresa que se encontró en otro país! en un lugar muy diferente al sótano de su casa. Se encontró con un enanito muy extraño.

El enanito le preguntó: -¿Qué haces aquí?

Marta contestó: - He visto una puerta en el sótano de casa, la he abierto, he entrado con mis amigas y me he encontrado contigo.

- ¿Quieres acompañarme? –Preguntó el enanito.

- Claro, me gustaría conocer este país tan raro.

Las niñas se marcharon con el enanito, con el cual se lo pasaron muy bien, tuvieron muchas aventuras. Pasaron doce días y aún estaban en ese país tan extraño, donde la gente parecía lo que no era.

Pero las niñas querían volver con sus familias, echaban de menos a sus padres y hermanitos; entonces preguntaron al enanito: - ¿Nos llevas de regreso a la puerta para poder regresar a casa?

- No hasta que encuentres el anillo mágico. Contestó el enanito.

- Y ¿dónde está ese anillo mágico? Preguntó Marta.

- En lo alto de la montaña de fuego.

- Y ¿cómo llego hasta allí?

- En una nave.

- Y ¿dónde encuentro esa nave?

- La tenemos ahí, pero somos demasiado pequeños para conducirla.

Entonces la niña fue a la montaña de fuego montada en la nave.

Cuando vio la montaña se quedó boquiabierta.

- ¡Guau! es muy grande, dijo cuando aparcaron la nave.

La niña cogió una cuerda y empezó a subir hasta que llegó al castillo.

Pasó muchos pasillos hasta que llegó a un pasillo muy brillante.

Dentro del enorme pasillo había muchos otros llenos de tesoros. Las niñas no sabían donde lo podían encontrar.

Cuando vieron en el centro de una sala un hermoso anillo encima de un cojín.

Cuando cogió el anillo pronunció las palabras mágicas que le había dicho el enanito:

- “Anillo mágico, llévame a mi casa”.

De repente, y sin darse cuenta las niñas se encontraron de nuevo en el sótano de la casa de Marta.

Marta cogió el bote de pintura y se lo llevó a su padre.

Su padre le dio las gracias, parecía que el tiempo no había pasado, las niñas no supieron nunca si todo lo ocurrido fue un sueño o fue realidad.

Y colorín y colorado, este cuento se ha acabado.

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