Con sus entrañables sonrisas, con sus lágrimas y sus versos, estas personas hacen llegar al alumnado (y al profesorado) a una época pasada, a unas historias antiguas o no tanto que nos hacen valorar aún más lo que tenemos.
Las narraciones, a veces ya oídas u otras novedosas, abren los ojitos de nuestros niños y niñas, haciéndoles volar su imaginación con el viento que sopla en el cuento, con las cintas que adornan la cebra, con el gato que antes fue niña,...
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